En el pasado módulo del Curso de Profesores de Yoga de Prana, Escuela de yoga, estudiamos la anatomía energética y continuamos con los Yoga Sutras de Patanjali. Lo segundo siempre es revelador y lo primero era algo que solemos sentir cuando practicamos yoga pero que nos lo aterricen con datos tangibles siempre es de agradecer (por nuestro lado izquierdo del cerebro, para ser exacta).
Que somos básicamente energía ya lo estudiamos en la escuela pero como queda algo ambiguo y somos demasiado pequeños para comprender la valía de esa información lo vamos olvidando a medida que crecemos pues la materia nos hace sentir que estamos separados de cualquier cosa. Hemos dado nombre a una mesa porque entre ella y nosotros sentimos «espacio», lo mismo entre personas, entre nuestros dedos, entre nuestra cabeza y el suelo, entre nuestra situación y la profundidad de la habitación, o la lejanía de un paisaje…
Hagamos un repaso: todos somos energía, átomos. De los cuales, ¡sólo un 0,000001% es materia! Esto quiere decir que el restante 99,99999% es espacio vacío. Sólo ‘vemos’ ese 0,000001% y a eso le damos todo el peso de ‘nuestra realidad’… BUF! sigamos… la partícula más pequeña detectada por los físicos es el quark y puede comportarse como materia o como onda, según las expectativas de quien está observándola. Esto quiere decir que según lo que pensemos que esa partícula ES así será lo que veamos (no recuerdo que de niña fuera consciente del valor de esa información) y, si somos energía y el pensamiento es el primer paso para hacer que un quark se materialice en aquello que pensamos, ¡el poder que tenemos es inmenso! Debemos tener mucho cuidado con aquello que pensamos, mantener la mente lo más apaciguada posible para detectar el más mínimo ápice de negatividad. Si queremos «proyectar» una vida saludable y satisfactoria debemos esforzarnos en adiestrar a nuestra mente.
Esta introducción a la física cuántica viene a cuento con el noveno módulo del curso porque aprendimos sobre las envolturas del cuerpo (koshas) y sobre los canales energéticos (nadis) que, cuando están equilibrados, mantienen la salud en las envolturas. Si nuestro pensamiento define nuestra realidad física, el yoga se vuelve necesario para la sociedad porque enseña a apaciguar la mente entre otras muchas virtudes relacionadas con el estado mental, físico y psicológico. Sólo con esto podríamos estar un año entero estudiando al desgranar cientos de técnicas, aplicaciones y resultados con cientos de variables. Así lo veo yo y me es imposible abordarlo en un sólo artículo. Es merecedor de una tesis…
Los koshas o envolturas del cuerpo corresponden a capas de energía y frecuencia vibracionales expresándose como los 5 elementos básicos de los que se compone toda materia (agua, tierra, aire, fuego y éter). La combinación específica entre estos elementos está directamente relacionada con la energía que fluye por los nadis o canales psico-energéticos. Todo es un microcosmos, la versión reducida de nuestro macrocosmos.
Este módulo fue básicamente teórico pero me despierta la curiosidad… ya no se trata de apaciguar a la mente sino que percibo una posibilidad más allá, la de enseñarle a tener los pensamientos adecuados para que proyecten un cuerpo, mente y contexto específicos. Tal vez esté ahí aquello de «sólo aprovechamos una pequeña parte de nuestros recursos mentales y físicos» que afirmaba William James en su ensayo “Las energías de los hombres” (1907) y que luego se atribuyó a Albert Einstein con la famosa frase «sólo aprovechamos un 10% de nuestra capacidad cerebral«.
Si para llegar a alcanzar el samadhi hay que recorrer los 8 pasos del yoga, tal vez deberíamos iniciar a los más pequeños en la práctica de la meditación desde edades tempranas para enseñarles a percibir sus centros energéticos (chakras), canales (nadis) y capas (koshas) y así puedan aprender a proyectar poco a poco su realidad de manera natural, cuando son una esponja para el conocimiento y la experimentación. Hagamos un breve inciso en los 8 pasos o astangayoga:
Los 8 pasos del yoga:
- YAMA: Correcta relación con los demás
- NIYAMA: Autocontrol personal
- ASANAS: Ejercicio adecuado
- PRANAYAMA: Respiración adecuada
- PRATYAHARA: Abstracción de los sentidos
- DHARANA: Concentración
- DHYANA: Meditación reflexión y contemplación
- SAMADHI: Supraconciencia
En el recorrido de estos pasos los chakras, nadis y koshas evolucionan, cambian y se adaptan rápida y constantemente según el resultado de nuestra experiencia en este plano material. No es difícil deducir que la práctica del yoga en un estado meditativo específico aumenta la vibración de nuestra materia volviéndola similar a la vibración de un bosque o un lago en calma en los que, aunque aconteciera un desastre inesperado, la inercia de la naturaleza (la energía vibracional que contienen esos escenarios) haría que todo retornase a crecer y volver a la calma en un corto periodo de tiempo. Y recordemos además que el tiempo es relativo… esto es argumento para otro artículo 😉
Prestad atención a vuestros pensamientos y a vuestra energía porque serán esas frecuencias las que atraerán más frecuencias iguales. Mantened la calma y todo a vuestro alrededor estará en calma. Promoved el desequilibrio en vosotros y todo a vuestro alrededor estará en desequilibrio. Es una cadena vibracional y tanto la física como las matemáticas ya han confirmado mucho de esto… aunque no creo que terminemos nunca de aprender y descubrir.
Namasthe lectores.