Hace meses que voy dándole vueltas al coco con ser profesora de yoga pero hasta hace 5 semanas mis entrañas no me lo dejaron claro. Visito muchas páginas web de esto y se me cruzó un anuncio que me hizo volver, tras una serie de causalidades, a Prana en Alicante. Esta escuela fue la que me hizo comenzar a comprender hace algo más de un año que eso del yoga era más que un deporte así que pareció ser la elección más adecuada. Pagué la reserva y compré el billete de tren, ¡esto ya estaba en marcha!
Me he pasado un mes contando los días y el pasado fin de semana comenzamos el curso. Fue intenso tanto mental como físicamente a pesar de que tuve la mala suerte de contracturarme el cuello/espalda el miércoles pasado así que no llegué al curso en plenas facultades, por suerte tampoco fui tan tocada como para no poder hacer las asanas.
Fueron diez horas el sábado y cinco el domingo, nos dieron mucho material sobre la anatomía ósea y muscular y no pude evitar pensar en mi madre 🙂 que le encanta todo esto. Cada dos por tres pensaba «aquí mi madre disfrutaría«.
El grupo es numeroso (me agrada ver que cada vez hay más personas que buscan el bienestar en sus vidas a través del autorespeto y el equilibrio que aporta esta disciplina) y todos son especiales. Hay personas tímidas y personas extrovertidas, hay niveles avanzados y niveles amateur pero todos sentimos mucho agradecimiento por poder compartir esta experiencia. Hemos hecho una bonita piña y eso que el grupo es grande (21 personas).
Aprendimos y practicamos unos pawanmukhtasanas (calentamientos de articulaciones y músculos específicos), asanas para observar (conscientemente) cómo trabajan los músculos más importantes y principales, empezamos a conocer y cantar algunos mantras, conocimos parte de la historia del yoga en India y en occidente y meditamos juntos mediante técnicas de yoga nidra.
A mi vuelta comencé a sentir los efectos del fin de semana: mucha información y sobrecarga muscular… Bueno, ahora tenemos deberes para casa durante un mes. Voy a organizar todo, descansar para recuperarme físicamente e interiorizar lo aprendido. Os iré contando cómo va yendo el aprendizaje, por ahora, me emociona mucho.
Namasté amigos.