Una de las asanas aptas para todos los públicos es Vrksasana porque podemos regular su intensidad con tantas opciones que es perfecta para desarrollar la fuerza y el equilibrio desde cero.

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Cuando equilibramos el cuerpo y somos capaces de sostener las posturas, nuestra mente se regula, se equilibra también haciendo que nuestros pensamientos dejen de interferir. Este es el beneficio del yoga, la unión de los tres estados del Ser (mente, cuerpo y espíritu) en uno solo con el Universo en el que no deseamos ni necesitamos, ni especulamos, ni exigimos, ni esperamos nada. Somos capaces de respirar con tranquilidad manteniendo el esfuerzo en el nivel justo de intensidad, silenciar la mente y sentir bienestar.
Vrksasana es más fácil si no levantas los brazos, puedes colocarlos en la cintura o frente al pecho, en posición de saludo o namasté. Si no puedes subir el pie hasta la cara interna del muslo ponlo a la altura de la pantorrilla o apoyando el talón de la pierna que levantas en el tobillo contrario. Poco a poco, en la medida que consigas acallar la mente, podrás subir más las piernas, brazos y sostener la asana por más tiempo. Fija la mirada en un punto e intenta permanecer en ella durante ocho o diez respiraciones lentas y profundas, después disuelve la postura sujetando el tobillo para bajar suavemente la pierna al suelo.
Aquí os dejo un vídeo cortito de Canal Bienestar con el desarrollo básico de la asana:
Feliz práctica. Namasté amigos.